¿Qué hacemos con las huellas de un proceso? ¿Cómo articula el arte sus simulacros o atisbos de conciencia, sus remanentes? El cine es un laboratorio paradójico donde casi todo aquello que lo hace posible –reactivos, fórmulas, proyecciones–, una vez concluidas las películas, resultan excedentes. Guiones, pruebas de cámara, fotos de rodaje, bocetos de arte o vestuario, notas, reflexiones… Todo un pensamiento detrás de la realización que “desaparece” cuando esta se concreta y asistimos al nacimiento del filme. De alcanzar la obra relativa celebridad, quizás se salve “algo” del detritus productivo, termine siendo pasto de retrospectivas y exposiciones. ¿Y si ocurre lo contrario? ¿Dónde quedan las notas al margen de un cine en el margen? A falta de un museo para el cine raro, incómodo, oculto y de culto, inauguramos acá un modesto ‘wunderkabinett’. Ante la historiografía árida y la desidia institucional cubana, este archivo portátil de memoria disidente. Curiosidades, descartes, noticas de noticas. Marginalia de lo marginal.