Juan Goytisolo: “Exigencias del artista”

Si aceptamos como válida la hipótesis del arte en tanto que sucesión dialéctica de formas –esto es, del problema de la forma, no en función del contenido, sino en contraposición a otra forma, codificada, desgastada por el uso– podemos plantear con mayor exactitud y rigor el viejo problema de las relaciones existentes entre el arte y revolución, entre revolución y escritura.

Todo escritor auténtico, al enfrentarse al acto de escribir, responde a una exigencia paralela a la del verdadero revolucionario: por un lado, la destrucción de unas formas petrificadas, anquilosadas, institucionalizadas; por otro, al imperativo de crear formas nuevas, libertades nuevas e insospechadas. En uno y otro caso asistimos a la lucha entre el impulso innovador y la inercia formal, la institucionalización rutinaria y la exigencia dialéctica: una lucha sin tregua, sin merced, por impedir que las aspiraciones –sin cesar renovadas, inagotables– se codifiquen, devengan molde, paren en sistema. La exigencia de una revolución en marcha, de una revolución permanente, solicita igualmente al revolucionario y al escritor. Por esto consideramos erróneo el punto de vista de quienes quieren poner su arte al servicio de la Revolución.

El escritor auténtico no puede poner su obra al servicio de la Revolución: debe hacer de ella, del acto solitario de escribir, la Revolución: una revolución a la vez destructora y creadora, hostigada hasta el fin por la exigencia de inventar, de inventar sin parar formas y libertades nuevas.

Santiago, 26 de julio, 1967